jueves, 30 de septiembre de 2010

Me meó un cabrito...

En la típica juntada de asado de $5 por cabeza de mochileros (no como carne, pero claro que la tenía que pagar igual y todavía no entiendo por qué), en la típica guitarreada, Coyi el cabrito dormía en mi regazo.

Aprovechando mi tapado de piel aún vivo,  me acurruqué resguardandome del puto puto puto frío, dándose una simbiosis calor-colchón.

Coji se hizo pis. Se sintió tan calentito, que cuando a media hora el accidente se repite, tampoco hice nada. El frío no pensaba ceder así que yo no pensaba desvestirme. Meada por dos días más.

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