martes, 1 de marzo de 2011

Omatofobia

Al parecer algún derivado de esta fobia es lo que padezco. Tengo un serio SERIO problema con los ojos.

Ya en la primaria y secundaria me costaba horrores escribir en la parte inferior de la hoja porque tenía miedo que la lapicera se me metiera en el ojo.

No soporto que nadie me señale o acerque algo a mis ojos, no puedo ser maquillada sin hacer un escándalo.

Si me toca sentarme al lado de una ventanilla en el colectivo, la manija para correrla tiene que estar alejada de mi cara. Si no hay otro lugar, ni me siento.

Me hace mal a la vista periférica captar algo moverse rápido.

Cuando dibujo ojos, cosa que me gusta mucho, cuando llego al iris me pongo muy nerviosa, y aprieto el lápiz como neurótica hasta clavar la punta en la pupila.

Ir al oftalmólogo me lleva un par de días de preparación, y muchas semanas para sacar turno. Mi abuela perdió un ojo por la presión y tengo que hacerme todos los años el campo de fondo, pero hasta el día de hoy nunca pude concretarlo.

No tengo problemas constantemente para usar los antejos. Tengo que admitir que lo manejo muy bien, pero que de tanto en tanto, cuando me olvido que los tengo y de repente los noto otra vez tengo pequeños ataques de histeria. Lo cual es extraño porque jamas me pasa con lentes de sol.

Otra particularidad mía es que pierdo todo. Nada me dura mucho tiempo, o rompo o pierdo las cosas. Y los lentes son algo que no me duran mucho mas de 2 años.
El tema es ir a comprarlos. No solo que me cuesta horrores encontrar algo que me satisfaga (porque mi estructura ósea es anti-anteojos) sino que además mis nervios llegan a tal punto a la hora de probármelos que empiezo a transpirar de a mares, de manera tal que los anteojos no se quedan en su lugar y se deslizan por el tabique de mi nariz, lo cual es muy muy vergonzoso, y contribuye a que siga transpirando. Y me voy con las manos vacías porque no soporto la presión.

Lo peor de todo es que la gente que sabe esto se abusa y me señala el ojo a conciencia, y no entiendo como les parece divertido que yo sienta la necesidad de arrancarme un ojo. No lo es.